Un plan que piensa en el pueblo

Un plan que piensa en el pueblo


Pensar, decir y hacer: responsabilidad de la 4T

En política, las palabras deben traducirse en hechos. Y el Plan Nacional de Desarrollo 2025–2030, presentado por la Dra. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, no es solo un documento técnico: es un compromiso de justicia con el pueblo trabajador, con las mujeres, con los jóvenes, con los pueblos originarios y con quienes durante años fueron ignorados por los gobiernos del pasado.

Este plan marca el inicio del segundo piso de la Cuarta Transformación. Nos ofrece un rumbo claro: seguir gobernando desde abajo y con la gente, pero ahora con una nueva profundidad social y humanista. Aquí no se habla de cifras frías, sino de bienestar verdadero.

Conformado por cuatro ejes generales y tres ejes transversales, el Plan tiene como columna vertebral:

  • Una economía moral, donde el salario digno y la seguridad social sean derechos, no privilegios.
  • Un desarrollo con bienestar, que no deje fuera a nadie y que reconozca el valor del trabajo no remunerado, especialmente de las mujeres.
  • Una gobernanza con justicia, donde la ley esté del lado del pueblo y no del poder económico.
  • Y una visión de desarrollo sustentable, pensando no solo en nosotros, sino en quienes vendrán.

Desde el Congreso de Tlaxcala, como Diputado Local, celebro este rumbo con orgullo y esperanza. Porque por primera vez un gobierno se propone erradicar la pobreza estructural con acciones concretas: becas universales, pensiones, IMSS-Bienestar, Sistema Nacional de Cuidados y una educación que forme seres humanos, no solo mano de obra.

El Plan Nacional de Desarrollo es también el reflejo de un México que no quiere volver atrás. Un país que, tras resistir el abandono neoliberal, ahora construye desde sus cimientos un modelo donde el trabajo, la igualdad y la dignidad son la base de todo.

¡Este plan es del pueblo!, ¡Hagámoslo nuestro! Leamos, participemos, exijamos y acompañemos. Porque cuando el pueblo se involucra y participa, la transformación es irreversible.

Desde Tlaxcala, caminamos con la certeza de que el futuro de México ya comenzó.

Y como siempre, lo estamos construyendo con trabajo, con justicia y con esperanza.

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