Después de la debacle electoral pasada, los panistas afilan cuchillos para disputar la dirigencia estatal en manos de Carlos Carreón Mejía.

Es cierto, el hoy diputado federal plurinominal no entregó buenas cuentas el 1 de julio, pero no fue responsable del tsunami morenista.

Sin embargo no le fue tan mal, la coalición PAN-PRD-MC alcanzó unas senaduría de minoría y un distrito local de los 15 en disputa.

Aún así, soplan vientos de renovación en el CDE panista, donde ya se anotaron Damián Mendoza, Ángelo Gutiérrez y Gilberto Temoltzín.

Se trata de tres personajes, más los que resulten, ligados a los grupos de Adolfo Escobar, Adriana Dávila y Rafael Moreno Valle.

Una cuarta propuesta ya se descartó, se trata del alcalde de Apizaco, Julio César Hernández Mejía, ex coordinador de Ricardo Anaya en Tlaxcala.

Aún no se conocen las reglas de juego, pues no se ha emitido la convocatoria del PAN para renovar la dirigencia estatal.

No obstante, es un hecho que la renovación del Comité Ejecutivo Nacional del PAN va a marcar la pauta de lo que pasará en Tlaxcala.

En el ámbito nacional se perfila una propuesta de unidad, luego de que los gobernadores azules respaldan la fórmula de Marko Cortés-Héctor Larios.

Lo anterior fue posible luego de que el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, se bajó de la contienda interna.

A cambio, el poblano será designado como coordinador parlamentario del PAN en el Senado de la República, en lugar de Damián Zepeda.

En Tlaxcala va a ser difícil que los panistas se pongan de acuerdo para postular una candidatura de unidad para la presidencia y secretaría general.

Y no se ve quién, de los tres destapados, tenga mayor relación con Marko Cortés, el próximo dirigente nacional.

En su pasada visita a Tlaxcala, en el marco de la campaña federal, quien anduvo muy cerca del michoacano, fue Aurora Aguilar.

Aunque se sabe que Marko Cortés mantiene una relación inmejorable con Juan Corral Mier, cuando fue su compañero de bancada en la Cámara de Diputados.

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