Quién espía a opositores y periodistas

Quién espía a opositores y periodistas
El espionaje que se hace a opositores y periodistas, no nació con el sistema Pegasus, que tanto escándalo está provocando, sino que tiene origenes ancestrales.

Lo practican los gobiernos de todo el mundo, de todas las ideologías, sobre todo los de izquierda, para tener controlada y sometida a la población.

Incluso el tema del espionaje va más allá de los políticos, pues también lo hacen grandes corporativos, para robarse secretos industriales y científicos.

Por eso no extraña la postura tibia del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando se reveló que Pegasus, lo espiaba a él y a su familia.

Dijo que no presentará denuncias, porque sería perder el tiempo, y ofreció investigar el derroche que hicieron los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, para comprar el software.

Lo que los mexicanos hubiéramos esperado, es que AMLO ofrezca leyes más severas para castigar a los espías, pero no lo va a hacer, porque sería meterse un balazo en el pié.

Lo que da vía libre para que el gobierno de la 4T, los gobiernos de los estados y grupos de poder, sigan vigilando a opositores y periodistas en México.

Estas tareas, de espiar a contrincantes, son realizadas por organismos de inteligencia, de seguridad y ejército, pero cada vez más se contratan firmas privadas nacionales o internacionales.

En el pasado, el espionaje más común era la intervención telefónica, pero ahora con el desarrollo tecnológico, son los celulares, el instrumento para acceder a conversaciones, mensajes y contactos.

Para muestra, déjeme contarle lo que ocurrió en 2002, cuando me desempeñaba como jefe de noticias de Radio Universidad.

Tenía días que las grabaciones de las notas de los reporteros, eran prácticamente imposibles, por los ruidos en la linea telefónica. 

Se hicieron varios reportes a Telmex, quienes varias veces llegaron a la estación a verificar, pero solo recomendaron renovar el cableado y los aparatos telefónicos.

El ruido en las llamadas telefónicas no cesó.

De nuevo se volvió a insistir a Telméx, hasta que a un técnico de la compañía se le ocurrió verificar la conexión en el poste.

De repente, como por arte de magia, el problema terminó, la línea telefónica tenía una nitidez tan clara, ya sin ruidos, en las llamadas telefónicas.

El técnico dijo que quitó cuatro diablitos de intercepción telefónica. Una la atribuimos al Cisen, otra al gobierno de Alfonso Sánchez Anaya y otra al ejército.

Y la cuarta nunca supimos, pero después nos enteramos que, en todo lugar con propósitos políticos, también te espian los de casa.

A las horas regreso el ruido en las llamadas telefónicas y supongo persiste hasta la fecha.

Por eso, no creemos que el escándalo que se desató por Pegasus vaya a terminar con el problema del espionaje, sobre todo a opositores y periodistas.

Ojalá que esos recursos tecnológicos  y económicos, se destinarán para controlar a la delincuencia, pero eso es lo menos interesa a los gobiernos.

Al fin y cabo sigue persistiendo la tesis de que información es poder.

victortamayo5@hotmail.com