¿Y, dónde están los ideólogos?

¿Y, dónde están los ideólogos?

La crisis de salud en México y en el mundo, ha complicado los diversos sistemas constitucionales, a saber: el sistema de salud, el sistema de justicia, el sistema económico, el sistema educativo, el sistema político, entre otros muchos.

Ante esta adversidad, surge la pregunta: ¿dónde están los ideólogos? Desde luego habría que establecer en un primer momento en que consiste la ideología, para luego señalar cual es el papel de los ideólogos que tanta falta hacen en estos momentos de verdadera crisis institucional, funcional, de creatividad, conceptual, teórica y de pensamiento fundamental.

Los operadores de esta disciplina, de la ciencia política, de la economía, la política, la religión y la cultura, han aportado ideas fundamentales para el diseño del Estado y del Gobierno, han contribuido al fortalecimiento de la sociedad organizada en defensa de sus derechos humanos y de un verdadero equilibrio de fuerza, del activismo necesario en la lucha social, a ello debemos agregar, sus ideas para la fortaleza de la democracia.

En estas circunstancias, el papel del ideólogo es sin duda fundamental en estos momentos de ausencia de creatividad y de plena crisis. Los ideólogos son forjadores del pensamiento sublime que nos permite reorganiza, reorientar, aplicar reingeniería en todos aquellos sistemas que hoy en día están colapsados, fracturados, en una verdadera parálisis paradigmática.

Sí, los paradigmas que habían establecido aparentes sistemas funcionales, cambios deseados de regímenes de gobierno, de nuevos liderazgos, de una esperanza del combate a la corrupción, a la impunidad, al canibalismo político, a la denostación, a un sistema de justicia más eficaz, la concentración de poder en extremo, entre otros muchos temas, hoy todos ellos están en franca parálisis paradigmática.

Como lo expresara correctamente un gran amigo: “Muchos de los mexicanos nos horrorizamos por las circunstancias que prevalecen, no existe respeto a nada ni a nadie. Somos testigos de cómo los altos valores humanos se desquician ante la miseria imperativa de nuestro tiempo”.

Y ante tanta perversidad, los mexicanos buscamos paz y bondad, y desafortunadamente no lo encontramos porque se oculta y aparece la vileza de muchos conciudadanos.

Necesitamos otra vez, como hace más de 200 años, mujeres y hombres de buena voluntad, ideólogos, que amen, que luchen, que crean y construyan la felicidad del hombre. Requerimos mujeres y hombres que se inclinen ante el microscopio y los libros para generar ideas y pensamientos en favor de la salud y por ende la felicidad de todos.

Son en efecto, los investigadores y los ideólogos quienes han dejado escuela, el taller, el campo, y el camino por donde deberemos transitar a partir de sus ideas económicas, políticas, sociales, sociológicas etc.

Serán los ideólogos quienes tienen la responsabilidad y la capacidad de modificar el status quo de la sociedad imperante y crear ideologías que conduzcan a solucionar problemas contemporáneos para satisfacción de los ciudadanos.