Ricardo Salinas Pliego: empresario de día, tuitero de noche
Entre negocios, pleitos fiscales y trending topics, el dueño de TV Azteca ha hecho de sus redes un escenario político con aplausos y abucheos incluidos.
Ricardo Salinas Pliego es como ese vecino ruidoso que nunca pide disculpas porque está convencido de que la fiesta es suya y el barrio le debe agradecimiento por la música. Dueño de TV Azteca, Elektra y Banco Azteca, presume que mantiene la economía nacional a punta de créditos y empleos. Y aunque tiene cuentas pendientes con el SAT, él insiste en que paga lo justo, “ni un peso más, ni un peso menos”.
Pero el verdadero show no está en sus negocios, sino en sus redes sociales. En X (antes Twitter) se pasea como si fuera candidato sin partido, lanzando insultos, provocaciones y frases que se vuelven tendencia en cuestión de minutos. Su timeline parece ring de box: reparte golpes verbales, pero siempre sonríe al público.
A la 4T le planta cara sin temblar, y a sus críticos les responde con el estilo bravucón que lo caracteriza. Para algunos es un empresario valiente, para otros un millonario caprichoso que disfruta del pleito. En cualquier caso, ha convertido la política y los impuestos en un espectáculo digital, con él como protagonista.
Y como si fuera poco, las encuestas recientes lo pintan como un fenómeno: siete de cada diez mexicanos dicen que votarían por él si mañana apareciera en la boleta. Con ese viento a favor, hasta se animó a lanzar su “Movimiento Anticorrupción y Anticrimen”, que suena más a reality político que a partido formal.
Claro, la cosa no es tan simple. Muchos lo apoyan porque están cansados de los partidos de siempre: ven en él una opción fresca, alguien que habla sin filtros y que promete orden frente a la inseguridad y la corrupción. Además, no es menor que tenga medios, dinero y reflectores: no cualquiera arranca campaña con televisión, bancos y cadenas comerciales a la mano.
Pero también abundan las dudas. Hay quienes creen que su popularidad es puro humo mediático, encuestas infladas y likes pasajeros. Otros recuerdan sus pleitos fiscales y el SAT reclamándole miles de millones y piensan que eso le quita autoridad moral para gritar “anticorrupción” a los cuatro vientos. Y no faltan los que se alarman: ¿qué tan sano sería ponerle el poder político a un hombre que ya concentra el poder económico y mediático?
El resultado es que Salinas Pliego divide: para unos es esperanza, para otros es peligro. Lo cierto es que ya no se conforma con ser trending, ahora quiere ser presidenciable. Y eso, en el México político de hoy, no es un detalle menor.
Y mientras en el país se discute si es visionario o villano, en Tlaxcala podemos reconocer algo: el efecto Salinas Pliego se multiplica. Aquí también tenemos personajes que, sin ser dueños de televisoras, buscan reflector a como dé lugar. Porque si algo nos ha enseñado Don Ricardo es que en política y negocios, siempre hay alguien listo para subirse al escenario… aunque solo sea para sacar su selfie.
“¿Usted qué opina?”
Punto y aparte.
Nancy Blancas
imperio893@gmail.com
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