Hagamos conciencia…

Hagamos conciencia…

En estos años de gobierno de la 4T, hemos sido testigos de dimes y diretes. Y sabemos que, -si el país está así-, es por los más de setenta años de autoritarismo y corrupción del PRI, que la violencia y las componendas con el crimen organizado se dieron bajo los gobiernos del PAN, pero la discusión aún continúa hasta llegar a una sociedad polarizada entre “chairos” y “fifís”; o neoliberales y conservadores, contra izquierdistas versión demócratas, pero con discurso populista. En esta vorágine de apelativos se ha centrado el discurso mediático en lo político.

Si a esto le sumamos las discusiones de café en los círculos políticos como: al inicio de este gobierno se constituyó una consulta ciudadana no regulada por la ley, la que concluyó con la cancelación del aeropuerto en Texcoco (NAIM), sin un estudio técnico o científico, y señalando que había corrupción; pero sin que a la fecha haya responsables, en tanto millones de pesos se fueron al cesto de la basura.

El despido masivo de burócratas, o reducción de salarios que, si bien en algunos casos eran de escándalo, en otros fue en detrimento de sus derechos humanos laborales.

En tanto, las fuerzas armadas, una institución emblemática y de mucho respeto en el Estado mexicano, las convirtió en constructoras de sus dos proyectos emblema; el aeropuerto de Santa Lucia y dos tramos del Tren Maya.

Además, de lo que ayer criticaba como opositor, hoy lo hace como gobernante; militarizó la guardia nacional y las aduanas del país. Pese a las restricciones constitucionales que existen para hacer estos enroques, “el poder todo lo puede”.

Bajo el discurso de la corrupción, que existe pero que sólo se queda en eso, sin que exista ningún detenido por este delito, hasta la fecha sólo se ha denunciado el 0.5% del total de probables responsables de tales actos en el tema de las guarderías infantiles. Pero se violaron los derechos humanos de más de 400 mil niñas y niños con la cancelación de este programa, al privarlos de un servicio de primera necesidad.

Y así, la lista de distractores han sido muchas. Como la ocurrencia de que los abuelos cuidaran a sus nietas y nietos, a quienes se les había cancelado el Programa de Estancias Infantiles.

O las estampitas para protegerse del corona virus, o la más lamentable, que la pandemia había caído como anillo al dedo, pese al tercer lugar que ocupamos a nivel global y, las más de 56 mil 757 muertes que se tienen registradas oficialmente. Pese a que los pronósticos iniciales del Dr. Lopez-Gatell, había sido de 15 mil, pero después la redujo entre 6 mil a 8 mil muertes, hasta llegar a una estimación de 30 mil a 35 mil en una reunión virtual con representantes de la cámara de Diputados a inicios del mes de junio… así las estimaciones de este científico, ahora convertido en político de la salud pública, se la pasa dando palos de ciego. A pesar del dolor del pueblo noble y sabio de México, que a diario ve como amigos o familiares padecen la partida de un ser querido.

Que si el saludo a la mamá del “Chapo Guzmán”, que la liberación de Ovidio y de la familia del “Marro” líder huachicolero en el país o que su detención; sin olvidar que los feminicidios siguen al alza, y que la violencia no cede, pese a la militarización de la policía civil. Que el arresto de García Luna en E. U., que la búsqueda de la interpol de Tomás Zerón de Lucio por la verdad histórica y el caso Ayotzinapa y la cereza en el pastel, la extradición de Lozoya Austin en función estelar.

Y así un largo temario, “desde abrazos no balazos”, que los va acusar con sus mamás o abuelos para que no sigan haciendo destrozos o en su caso, sigan delinquiendo, “…que piensen en sus mamacitas”, “Fuchi guácala”.

Mientras en las escuelas de educación pública que están próximas a entrar en clases virtuales se siguen cobrando de forma ilegal las “cuotas escolares”; violando el derecho a la educación, ante los tibios llamados de las autoridades educativas y la complacencia de los legisladores locales y federales que no han hecho un llamado legal y enérgico sobre este tema.

Otro derecho vulnerado de nuestras niñas, niños y adolescentes es el derecho a la salud, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ocupamos el primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil y segundo lugar en sobrepeso y obesidad en edad adulta. Urge hacer conciencia por estos derechos que a diario transgredimos desde nuestros hogares al darle gaseosas y productos chatarras como parte de sus alimentos diarios a nuestra hijos e hijas. Y el estado por no enfocar una política de salud pública para frenar estos problemas. Los lamentos pueden ser mañana cuando la otra pandemia nos alcance. Pues la obesidad es un problema de salud pública y no hacemos nada. Oaxaca y otros estados ya empezaron, entre pros y contras, pero ya dieron el primer paso. ¿Nosotros cuándo?