Los derechos humanos y el Covid 19

Los derechos humanos y el Covid 19

Desde finales de noviembre del año pasado, la ciudad de Wuhan de China, fue el epicentro de una terrible pandemia que hoy tiene a punto de paralizar al mundo entero. Las dos principales economías mundiales la de Estados Unidos y China han sido testigos de este devastador virus. Sus científicos trabajan a marchas forzadas por encontrar la fórmula para detener esta crisis de salud mundial.

Los países europeos más desarrollados científica y tecnológicamente se han visto rebasados en sus sistemas de salud, hemos leído a través de las noticias como Italia, España, Francia, Reino Unido o Alemania por citar algunos, no dan tregua frente a este devastador virus.

Mientras en estos países a inicios de febrero de este año se debatían y se siguen enfrentado en una guerra contra un enemigo común, que no se ve y cuya invisibilidad lo hace mortal. Aquí en México, por esas fechas el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, citaba a los empresarios a una cena para vender “cachitos” de boletos de lotería de un avión. Pensado todavía que la pandemia no atacaría al estado mexicano, al fin y al cabo, esa enfermedad es producto de la globalización o del neoliberalismo. Desde esa lógica a la que nos tiene acostumbrado nuestro mandatario, al minimizar todo aquello que según él puede perjudicar su proyecto de nación; o es un complot de los neoliberales o de los conservadores.

Y así, podemos ver como nuestros políticos ante una crisis de salud que en Europa y otras latitudes es ya una crisis humanitaria. Nuestros políticos mexicanos nos dan una verdadera clase de egoísmo y de falta de ética, pues el dieciocho de marzo de este año, la mayoría abrumadora de MORENA en la Cámara de Diputados, aprobaban las reformas reglamentarias en materia político electoral que les da derecho a reelegirse. Aprovechando la crisis de salud que ocasiona el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, o covid 19, conocido popularmente como corona virus. Así de ese tamaño es la verdadera naturaleza de nuestros políticos. Ignorando o simplemente haciendo a un lado, que en esta Cámara Baja tienen el derecho de conocer y aprobar en su caso, como hacer frente presupuestalmente a esta situación emergente, eso es lo que menos les importa ante una adversidad como la que ya tenemos encima.

Y así, las muestras de indolencia de nuestros políticos y representantes populares están a la postre, simplemente no están a la altura que merece una emergencia como la que hoy enfrentamos. No es con un “plato de mole de guajolote”, como se cura esta enfermedad, o por el solo hecho de “ser pobre” sé es inmune ante esta pandemia, como lo ha hecho saber el Gobernador del Estado de Puebla. Ni con amuletos o estampitas, en fin, esto solo nos ha convertido en el escarnio público a nivel mundial.

Es momento de que nuestros políticos dejen atrás sus fobias e ideologías, lo que está en juego no es la Presidencia de la Republica, las gubernaturas locales o los escaños federales o locales; lo que hoy se juega es el futuro de la humanidad y la dignidad de todos. Que requiere de solidaridad y de un poco de sentido común por parte de estos personajes.

Así frente al programa “quédate en casa”, el gobierno federal ha reaccionado. Ahora es momento de que nuestros políticos hagan a un lado sus planes y proyectos futuros. Es momento de que escuchen al científico, al epidemiólogo, al infectólogo, al experto en salud pública, en salud mental, en salud preventiva etc., y trabajar juntos de la mano con la sociedad civil; porque el escenario de crisis de salud que se avecina se debe abordar desde dos campos; uno desde el propio Sistema Nacional de Salud, que será el campo de batalla para contener este virus. Y otro desde la medicina preventiva y salud mental; para saber qué hacer con aquellos que empiezan a padecer de ansiedad, miedo, psicosis, claustrofobia y que seguro no contraerán el virus o serán personas asintomáticas pero que esta etapa les dejará secuelas en su desarrollo personal. Y si estamos ante un tema del derecho humano a la salud, donde la libertad de tránsito o de reunión se ven acotadas y deben ser restringidas, frente al derecho colectivo que significa que millones de personas preserven su vida. El tema de la economía ya será motivo de otro análisis.

[1] Ex ombudsman tlaxcalteca y Presidente de la Academia Nacional del Derecho al Trabajo de la Asociación Nacional de Ex ombudsman, A. C.