Vota Ana Lilia Rivera a favor de reformas a Ley de Amparo; blindaba intereses económicos de pocos
*
La Ley de Amparo fue convertida en escudo de impunidad; ahora preserva su
naturaleza protectora de derechos, pero se excluyen supuestos específicos para
hacer prevalecer el interés social y el orden público, afirma la Senadora
Debido
a que al paso de las décadas la figura del amparo se desnaturalizó en su
esencia, a tal grado que fue convertido en un escudo de impunidad, la Senadora
Ana Lilia Rivera Rivera se pronunció este miércoles a favor de las reformas a
la Ley que regula esta figura jurídica, al asegurar que tal y como se
encontraba era utilizado para dilatar la justicia, para obstaculizar políticas
públicas o incluso para blindar intereses económicos de unos cuantos en
perjuicio de la mayoría de las y los mexicanos.
La
legisladora tlaxcalteca apoyó la iniciativa presentada al Senado de la
República por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, al señalar que ésta
representa un esfuerzo honesto y decidido por devolver al amparo su sentido más
profundo. La reforma, dijo, puede resumirse en cinco palabras: certeza,
eficacia, modernización, celeridad y bien común.
Y
es que, explicó, el juicio de amparo que en su momento fue orgullo del ingenio
nacional y fuente de inspiración para instrumentos internacionales y
extranjeros, quedó rezagado en las últimas décadas en el panorama comparado, no
solo por anacronismos o deficiencias técnicas en su contenido normativo, sino
también, y de manera más grave, por su manipulación con fines ajenos a su
esencia que lo convirtieron en un escudo de impunidad frente a graves
afectaciones al interés nacional.
“Durante
décadas observamos cómo esta noble figura se desnaturalizó, se utilizó para
dilatar la justicia, para obstaculizar políticas públicas o incluso para
blindar intereses económicos de unos cuantos en perjuicio de la mayoría. Eso no
es justicia, sino su distorsión”, sostuvo.
Ana
Lilia Rivera subrayó que con las reformas a la Ley de Amparo, se precisan los
alcances del interés legítimo, se asegura su eficacia como mecanismo para la
protección de colectividades e intereses difusos, y otorga certeza y seguridad
tanto a juzgadores como a justiciables, de acuerdo con el reconocimiento
jurisprudencial que se ha consolidado en los últimos años.
Asimismo,
destacó que se establecen reglas más claras en materia de suspensión; se
preserva su naturaleza protectora de derechos, pero se excluyen supuestos
específicos en los que debe prevalecer el interés social y el orden público; y
a través de nuevos supuestos, acotados y precisos, se asegura un equilibrio
entre la tutela particular y el interés general, además de que se fortalece la
capacidad del Estado para cumplir con sus compromisos internacionales y se
evitan abusos que durante años vaciaron de sentido a la suspensión.
“La
reforma también fortalece la justicia digital, permitiendo que en una era de
interconexión las y los ciudadanos tengan acceso más ágil, cercano y menos
costoso a la justicia. No se trata solo de incorporar tecnología, sino de
dignificar la impartición de justicia y de romper las barreras geográficas y
sociales que han limitado históricamente el acceso al amparo”, apuntó.
Otro aspecto medular, precisó, es la celeridad procesal, pues ya se establecen plazos razonables y claros que antes no existían, lo que evitará que los juicios de amparo se vuelvan interminables, respondiendo con ello a una de las principales exigencias ciudadanas, bajo un principio universal que siempre debe recordarse, y que es justicia tardía es justicia denegada.
Además,
aseguró que en materia fiscal y administrativa, la reforma cierra la puerta a
prácticas dilatorias que durante años impidieron la recaudación de recursos
indispensables para que el Estado cumpliera su función social. “Cuánto daño le
hacen a la Nación quienes teniendo obligaciones firmes con el erario, se
escudan deshonestamente en recursos jurídicos interminables que desvirtúan la
verdadera tutela judicial”, criticó.
Por
todo ello, y tras reconocer la participación de la academia y practicantes del
derecho, cuya voz enriqueció y fortaleció la calidad de la iniciativa
presidencial, Rivera Rivera votó a favor de las reformas a la Ley de Amparo,
aunque destacó que sigue un instrumento perfectible, por lo que es
responsabilidad de todas y todos continuar con ese perfeccionamiento.
Comentarios