Torre de rectoría, un parteaguas en la UATx

Torre de rectoría, un parteaguas en la UATx


La magna obra de la torre de rectoría es sin duda un parteaguas en la historia de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), es un elemento que separa dos épocas, dos momentos cruciales: la de su nacimiento un 20 de noviembre de 1976 a través del decreto número 95 proclamado por el Congreso del Estado durante el gobierno de Emilio Sánchez Piedras y el sexenio presidencial de Luis Echeverría Álvarez  y la de un futuro promisorio al frente del rector Serafín Ortiz Ortiz y de los próximos rectores que tienen la encomienda de innovar, regenerar los objetivos de una excelencia académica, investigación de vanguardia y la capacidad de formar egresados altamente solicitados y con impacto global.

La nueva torre de rectoría no es sólo una obra de cemento y varillas, es una obra maestra, un icono que marca sentidos, objetivos, metas y retos para las nuevas generaciones de directivos, académicos, estudiantes y padres de familia.

Con la torre de rectoría, la UATx se incrusta de lleno a la invención, a la movilidad y al ritmo en todos los sentidos de otras universidades públicas y privadas del país; además abre opciones a la continuidad de formación académica e intercambio con otras instituciones de reconocimiento mundial.

El reto para el actual y los siguientes rectores no es fácil porque aún falta mucho por hacer; como ejemplo reforzar los proyectos hacia una auténtica excelencia académica con profesorado distinguido y  programas de estudios con sobresalientes estándares para formar estudiantes decisivos ante las amenazas de la modernidad.

La UATx está obligada a tener un cuerpo de docentes experimentado con habilidades y conocimientos avanzados en sus campos, que sean efectivos, entregados y empáticos.

Como lo marcan los cánones para mantener una universidad de calidad debe haber una admisión selectiva, es decir estudiantes talentosos, competitivos y de alto rendimiento; a la vez la UATx debe de preservar y mejorar sus centros investigación e innovación, que sean activos e impulsados por los avances científicos y tecnológicos.

Es hora de que la universidad de Tlaxcala acceda a una infraestructura moderna con instalaciones, laboratorios y bibliotecas actualizadas y equipadas con tecnología de punta, integrar herramientas digitales y plataformas de aprendizaje en línea que enriquezcan la experiencia educativa.

Es cierto que no hay dinero que alcance, pero la nueva torre de rectoría que marca un parteaguas en la historia de la máxima casa de estudios de la entidad abrirá nuevas oportunidades, garantizará una reputación y visión global, construirá una marca universitaria valorada, con propuestas coherentes y determinantes, buscará un impacto de influencia y será un punto referente a nivel mundial atrayendo a estudiantes y académicos internacionales para crear efectivos procesos de conocimiento y convivencia.

Sin duda es claro y necesario que la UATx fomente una red de exalumnos fuerte y activa que apoyen el crecimiento de la institución que los ayudó a formarse como profesionistas exitosos, en concreto la universidad tiene la misión de sostenerse en todos los sentidos.

La torre de rectoría es la obra signo de calidad educativa, que genera conocimientos, garantiza relevancia social y económica para el estado, el propósito es lograr el éxito esperado y el prestigio que se busca.

El pasado de la UATx ya fue, queda en la memoria, en la historia; un reconocimiento a cada uno de los personajes que hicieron posible la creación de la universidad de Tlaxcala, perseverantes políticos gestores, excelentes rectores, cientos de directivos asertivos al frente de las facultades, antes escuelas y departamentos, miles de catedráticos entregados y miles de estudiantes que cursaron sus licenciaturas y posgrados con éxito, la UATx sigue más firme que nunca, de pie y con la decisión de convertirse en una institución de educación superior competitiva  gracias a su modelo integrador basado en capacidades, mientras tanto, la nueva torre de rectoría de la UATx ya es un ícono de la modernidad en el estado, pero además es la obra que marca retos para alcanzar nuevos objetivos educativos.

El tiempo acomoda a todos en su lugar porque la inversión inicial de 120 millones de pesos avala que la máxima casa de estudios se mantenga a la vanguardia y en competencia permanente.

Bombazos…

Ya que hablamos de la autónoma de Tlaxcala nos enteramos que el recién nombrado presidente de la Fundación UATx, Dante Morales Cruz, busca abrir canales de comunicación con el mayor número posible de exalumnos, el objetivo es mantener un acercamiento como un gesto de agradecimiento; para lograr este objetivo de coordinación y contacto, suena el nombre de Parménides Ortiz Cano, ex alumno de la facultad de derecho. Ya veremos si es cierto.

Artillería pesada…

Ahora resulta que algunos políticos quieren ser como Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, asesinado el pasado uno de noviembre durante el acto de encendido de velas en su tierra natal; lo que no saben quienes tratan de emularlo, de imitarlo, es que Carlos Manzo, era un político natural, especial, único y con carisma; lo mejor es ser originales, con estilo propio y no usar sombrero cuando ni lo tomaban en cuenta para su outfit diario, esto es oportunismo, es mejor honrar el legado de este alcalde con autenticidad. Como la ve.

Hasta la próxima entrega de Frentes de Guerra.