El nuevo estado mexicano

El nuevo estado mexicano

El Estado Mexicano, su naturaleza, la razón de ser, su origen, los propósitos y sus fines han sido rebasados, las instituciones y los sistemas violentados, no obstante, lo previsto en los artículos 39, 40 y 49 de nuestra Constitución Política, como la División de Poderes, el Federalismo, el Sistema de Partidos y la construcción de la Democracia, como principios fundamentales de nuestra democracia.

Con la elección de integrantes del Poder Judicial reciente, concluye el deterioro absoluto del Estado Democrático que se tenía hasta antes del 2018.

Las reformas, adiciones y derogaciones a la Constitución y Leyes Secundarias a cargo del Poder Legislativo, por el que claramente se trastocan y elimina sistemas fundamentales con la supuesta elección de Jueces, Magistrados y Ministros de la Suprema Corte de Justicia, se pierde la naturaleza del Estado Democrático, estableciéndose las condiciones para un Gobierno Despótico, con un partido hegemónico contrario al sistema de partidos que propiciaba los equilibrios necesarios y fundamentales para la construcción  diaria de nuestra democracia.

Con las circunstancias actuales, el Estado, al parecer de tendencia socialista, tiene implicaciones más profundas respecto de los retos institucionales, normativos y culturales, lo cual no se tiene claridad en cuál será la estrategia del grupo en el poder que marque el rumbo y la definición del nuevo Estado Mexicano.

Al respecto, existe voces que plantean, ante la crisis, la falta de definición y rumbo, la ausencia del tipo de Estado y la carencia de ideologías que marquen un destino deseado, ante la falta de ciudadanía critica y responsable, apática sobre temas de gobierno, resulta necesario que la clase media proponga caminos que reestablezcan el rumbo perdido.

Uno de los sistemas fundamentales y prioritarios sin duda se refiere al establecimiento del nuevo paradigma respecto del sistema de partidos. En este tema creemos que constitucionalizar a los partidos políticos podrá ser un paso muy importante, en virtud, de que este sistema está colapsado y debe reinventarse urgentemente, la idea fundamental es que la Constitución Política reconozca quien es un partido político y porque razones. Se trata de que la organización de ciudadanos que aspiren a constituir un partido político, este reconocido por la Constitución, cumpliendo con requisitos explícitos relacionados con su legalidad, objetividad, transparencia, utilidad pública y legitimidad.

Así, los mexicanos tendremos la certeza y la confianza sobre que partidos políticos son constitucionales o previstos en la Constitución con nombre y apellido. Constitucionalizar a los partidos políticos significa reconocer su importancia a partir de una verdadera utilidad pública y conforme a sus resultados de acceso al poder, transparencia, rendición de cuentas y como generadores de Gobernantes y Servidores Públicos que construyen Buenos Gobiernos como un Derecho Humano.