Debate...

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Como es costumbre a final de cada debate presidencial, cada uno de los equipos salen a vociferar que sus aspirantes ganaron. Más allá de las cuentas alegres que cada equipo presentara, este acto republicano que tiene como finalidad incentivar la participación democrática en el país; así como para conocer el talante y aplomo de cada uno de ellos. Nos permite ir conociendo la personalidad con la que son capaces de conducirse. 

Poco pueden incidir en el resultado final. Y no porque, estos no funcionen, sino porque la decisión para muchos según los sondeos de opinión ha sido tomada.

El bajo nivel de propuestas, entre discursos trillados, la mala contabilización del reloj y unos moderadores nerviosos, fue el marco de este ejercicio que se desarrollo entre dimes y diretes, pero en el fondo nada de sustancia que marque una diferencia con la que llegan los aspirantes a esta etapa de la carrera presidencial.

Entre el estigma de una mujer fría y sin corazón, Xóchitl intento etiquetar a Sheinbaum; por el contrario, la mujer del “Prian”, fue la respuesta de la candidata oficialista. Cada una sabe que atesorar este estigma en el auditorio, puede ser un factor fundamental que las marcará en el resto de la campaña.

Sheinbaum, se pudo observar como una candidata prudente, preparada, con madures y compostura al momento de su intervención; evadiendo los temas de corrupción, de inseguridad y de narcotráfico, que es una loza que carga el actual gobierno; sin embargo, en su guion estaba eludirlos y lo hizo. Aunque esto siga siendo un mal augurio para el país. Pero a final las campañas se ganan con estrategia y eso fue lo que aplico en este primer round, evito salir raspada.

Xóchitl, la candidata que intento propinar los reveses, con más enjundia que inteligencia; se noto que lo suyo es la mala improvisación, la chispa sin chiste, y no porque sea mala, sino porque, simplemente no genera empatía. Su osadía y rapidez por querer articular su discurso, pese al uso discrecional que echaba de reojo a sus tarjetas, la hicieron cometer errores que le costara ser viralizada en los famosos memes de las redes sociales. Mostrar y abrazar la bandera nacional con el escudo al revés, dicen los protocolos internacionales que en tiempos de guerra es una forma de manifestar la rendición ante el adversario. Será coincidencia. 

Máynez, el hombre de la sonrisa de mazorca, considero así será recordado en este primer debate. Su sentido de inclusión al utilizar el lenguaje de señas, fueron algunos de sus chispazos, y que lo tendrán en los corillos de café político. Su intento por querer confrontar a las otras dos candidatas, no hicieron mella y le valió un regaño de Xóchitl al recordarle que le bajara por que él igual pertenece a esa vieja clase política a la que intento criticar y desmarcarse. 

No habrá un cambio transcendental en lo que resta de la campaña, la guerra sucia entre las candidatas continuará. Y Máynez regresara a seguir echando chelas con su compadre “fosfo, fosfo”.