Habemus Evelyn…

Habemus Evelyn…


Dice el dicho popular que: “después de la tempestad viene la calma”. Esa es la lógica colectiva, pero en el caso de Guerrero no parece ser así. Este estado se ha caracterizado por ser aguerrido, donde la política, el movimiento de izquierda y las guerrillas se viven con pasión, sin importar entregar la vida.

Es la tierra de Lucio Cabañas, iniciador de un movimiento sustentado en el Partido de los Pobres, que en los años setenta traía en jaque al Estado, hasta que el ejército tuvo que intervenir con toda la fuerza hasta silenciarlo.

Cuna de Rosendo Radilla Pacheco, un campesino, luchador social y compositor de corridos que incomodaban al poder allá por la década de los setenta. En esa época de la llamada “Guerra Sucia”, estos personajes hacían su lucha en un pueblo dolido por el hambre y la miseria, producto de la desigualdad mezquina del gobierno en turno; setenta años de rojos y doce de azules en la Presidencia y nada, la pobreza siguió su cauce normal por aquellas tierras.

Tierras nobles, que igual sirven para el cultivo del café, de frutos o alimentos comestibles, pero que, derivado de la pobreza, el narcotráfico encontró un nicho de oportunidad para aposentarse y convertir al pobre, al campesino, al nativo, en productor de sustancias prohibidas.

Pero eso no cambia su historia, ellos siguen siendo productores y pobres, sin embargo, los capos y élites políticas que se encuentran mezcladas, se siguen enriqueciendo gracias a su trabajo.

Es necesario reconocer que, derivado de estos movimientos, el de Cabañas y Radilla Pacheco, en donde éste último terminó en demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos; después de casi cuarenta años de litigio el Estado Mexicano fue condenado.

Este caso fue paradigmático, ya que, emanado de esta sentencia, se dio la reforma de derechos humanos de 2011, donde se elimina el fuero militar, y se crea todo un andamiaje jurídico sustentando en la transversalidad de los derechos humanos como principio y fin de toda política pública. Que enseña a la comunidad jurídica a argumentar en base al principio pro homine; es decir, la persona es y será siempre el centro de defensa en todo juicio o pleito legal.

Si bien, el Salgadicidio no se perpetró con su arribo al poder, y después de estar en el centro del debate nacional, el otrora poderoso “Toro” que fuera señalado por colectivos feministas y defensores de derechos humanos de estar relacionado con delitos de abuso sexual y violación, el “Toro” no lo aniquilo este hecho, fue algo simple no presentar sus gastos erogados durante su precampaña por alrededor de 19 mil pesos, “va, es de risa”. Un señalamiento serio no lo despeinó, un mero trámite administrativo le dio en la torre. Así es la vida. 

Pero no hay Toro, ahora habemus Evelyn, su hija, una joven abogada de 39 años, con poca trayectoria política, dicen esas encuestas internas del partido de ya saben quién. Que es la persona que ganó para estar en la boleta del próximo seis de junio.

Ella es Evelyn, una mujer a quien le debemos dar el beneficio de la duda. No cuestionarla por su condición de mujer, que si atrás de ella va a estar su padre para dirigir el timón. O criminalizarla porque su suegro se encuentra relacionado como prestanombres de la esposa de uno de los Beltrán Leyva. 

Dudar de su capacidad, o criminalizarla sin prueba alguna es un acto de cobardía. Ella será gobernadora, eso no está a discusión, todo el escenario está listo para que así sea. Esperemos por el bien de Guerrero que sea una representante de estado, que erradique la pobreza y la desigualdad.

Esta elección es tiempo de las mujeres, dejemos que arribe y si no funciona hay que cuestionarla, hacerlo ahora es un acto de violencia de género que tanto queremos erradicar.