Al son que les toque…

Al son que les toque…


En los días previos en donde todos los mexicanos nos disponemos a esperar a aquellos que se nos adelantaron en el camino. La algarabía política sube de tono, y al tono que se toca en palacio nacional todos los políticos se mueven por antonomasia. 

Como los fieles difuntos el PAN, PRI, PRD y MC, cual simples calaveritas son movidas por el discurso presidencial. Las mañaneras son, valga la redundancia, las mañanitas que a diario les endilga el inquilino de palacio nacional, para que todos se muevan como él quiere.

Les endilga un tema que él señor quiere que se vuelva central en la agenda política y todos muerden el anzuelo. Apenas abrió un debate y sin siquiera llegar a una conclusión, acuerdo o escenario de lo que en verdad está pasando y ya abrió otro. Como fieles corderitos todos se santifican, se desgañitan, se purifican o se vanaglorian de que sus periodos en el poder público fueron los mejores.

¡Pero saben que! Es tanta la pobreza, la desigualdad, el encono, el coraje, de la gran mayoría de mexicanos que vive en esta situación que lo que digan es veneno puro para sus propias intenciones políticas. No convencen, no proponen nada.

Es necesario escuchar al campesino, al obrero, a la ama de casa, a los trabajadores del hogar, vamos a la clase baja que vive con ese resentimiento contra esa elite política que por años vivió del poder y que ahora que fueron desplazados por otra elite camuflajeada, prefiere seguir idolatrando a quien le habla con su mismo lenguaje.

Al Presidente que lo mismo le da pararse en medio de la sierra oaxaqueña, guerrerense o chiapaneca y saludar al campesino o al indígena que va con su ganado a realizar las labores del campo. Al mandatario que se detiene a comer en la fonda de cualquier paradero y echarse unos buenos frijoles de olla, tortillas y salsa. A este hombre lo sienten parte de su misma estirpe, les habla, actúa y comparte en sus discursos los mismos propósitos; echar a los de arriba, acabar con las elites que han explotado a este país, en resumen, acabar con los fifís.

¡Que polariza, sí! Claro que a diario parece ser ese su cometido. Lo mismo le da pelearse con los empresarios, con los conservadores, con la clase media, con la derechización de la UNAM, con el TEPJF, con la SCJN, con el INAI con quien él le plazca en gana. Sabe que enfrente tiene a una oposición que le baila al son que les toque. Hay de aquellos ingenuos que piensan que el 2024 puede ser el acabose de este político. Amlo es Amlo, aunque a muchos no, nos guste su forma de gobernar y de polarizar, enfrente tiene a una oposición timorata y perdida, sin brújula para arrebatarle el poder a corto y mediano plazo…