Mirar de frente a la discapacidad

Mirar de frente a la discapacidad

El Día Internacional de las Personas con Discapacidad nos recuerda que hay sectores que no pueden esperar.

La discapacidad no es una fecha en el calendario ni un discurso de ocasión, es una realidad diaria que exige políticas firmes y permanentes, por eso toca observar con lupa lo que se ha hecho y lo que aún falta por hacer.

A finales de octubre de este 2025, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros encabezó la entrega de 8 mil apoyos funcionales, entre equipos de movilidad, auxiliares auditivos y grúas de traslado.

A esto se suma la creación del Centro de Capacitación para Personas con Discapacidad y Adultos Mayores (Cecapdif) y el próximo Centro de Rehabilitación, Inclusión y Autismo Tlaxcala (CRIAT), además de un programa de apoyos económicos sin límite de edad.

Estas acciones representan un giro necesario, la entidad parece abandonar el viejo guion asistencialista, ese que daba paliativos, no soluciones, para avanzar hacia estrategias que realmente permiten a las personas con discapacidad tomar el timón de su propia vida.

¿Y la capital? Ayer, el Ayuntamiento de Tlaxcala, a través del Sistema Municipal DIF, entregó 50 aparatos funcionales entre sillas de ruedas, bastones y andaderas.

Sin embargo, no todo se limita a las fronteras del municipio. En agosto, el alcalde Alfonso Sánchez García, como titular de la Asociación de Autoridades Municipales de Tlaxcala (AAMTLAX), encabezó la entrega de apoyos funcionales para 315 personas de diferentes municipios del estado.

En un escenario donde muchos políticos iluminan solo donde les conviene, Sánchez García parece evitar ser “candil de la calle y oscuridad de su casa”, pues actúa dentro y fuera de su municipio.

Queridos lectores, apoyar a las personas con discapacidad no es caridad, es responsabilidad colectiva, es reconocer que su presencia en la sociedad no debe limitarse a la estadística ni a la ceremonia.

Hagamos que su voz se escuche, que sus oportunidades crezcan y que su dignidad sea innegociable. Solo así Tlaxcala podrá decir, sin temor a exagerar, que está avanzando hacia un futuro donde nadie queda atrás.