Bravura, estilo, fuerza, tarde de tienta en ganadería de Haro

Bravura, estilo, fuerza, tarde de tienta en ganadería de Haro

A la puerta de toriles aguarda el ganadero vestido de verde oliva, trae libreta y lápiz, también un buen tequila.

Se pone el sombrero y pide que le ‘corten’ la primera, que suelten la primera vaca de la tarde, misma que recibe el matador Arturo Macías ‘El cejas’, dos capotazos, tal vez tres y la vaca se dirige hacia el caballo.

Le llaman suerte de varas, mide la bravura del animal, mientras más vaya al caballo, más crecerá ante el castigo. La suerte sirve también para acondicionar la embestida y liberar el flujo sanguíneo.

Al fondo y de pie sobre la manga, caporales observan atentos los capotazos de Angelino, quien dicen, ‘es el mejor para tentar a la especie, las conoce y entiende, las lleva al límite’.

El capote lo pega al cuerpo, grita efusivo, la vaca obedece.

‘Quien conoce mejor la vaca es pepe’ dice Isaac emocionado, al ver cómo el ejemplar resiste más de 80 capotazos, aquella embiste bien y casi podría ser una Victorina.

Alternan la tienta, chavales hacen su esfuerzo, pero la experiencia es experiencia, Sergio, Arturo y Angelino repasan las técnicas mientras observan al otro y corrigen a los valientes aprendices.

¡Suave¡, grita Sergio desde el callejón, para explicarle a un chaval que, si a la vaca se le pega con el capote, esta solo se querrá quitar lo que le estorbe.

En tanto, Antonio, el ganadero, realiza sus apuntes y pide a sus amigos que vean a dónde lleva el hocico su ganado; mientras yo me pregunto ¿qué tiene eso que ver? Y, es que ahí, en el ángulo de la cabeza es donde se mide el estilo, la clase.

Afuera del ruedo, cerca de los corrales hay veterinarios y cuidadores, después de ser picada y evaluada, la vaca es atendida con desparasitantes, vitaminas y aseo. La tarde enfría, está por llover.

El ambiente del campo bravo envuelve, la tienta, buena o mala, es necesaria para evaluar y corregir aspectos en la crianza del toro bravo, en ella, hay método y genética de la especie además de un exhaustivo ejercicio de observación.

Finalmente, el buen torero se hace también con un buen ganadero.

Fotos: Cortesía Josue Merlo

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