El Cerdo, un legado de la colonización
Carnitas, cochinita pibil, torta ahogada, pozole, tostadas y la pata de cerdo, forman parte de los platillos típicos de la cocina mexicana preparados con carne de cerdo, sin embargo, el cerdo ibérico fue una especie que llegó a México durante la colonización.
Y es que, con la conquista y la colonización de América, el cerdo ibérico, fue uno de los principales representantes de la cultura castellana, eminentemente ganadera, fue así como el cerdo jugó un papel básico en la nutrición de soldados españoles y en el tributo indio.
La especie no siempre fue bien recibida por los indígenas, pues tanto la gallina de castilla, el cerdo ibérico y las vacas llegaron al tiempo que los conquistadores y al desconocer su procedencia y origen, dichas especies fueron recibidas con cierto impacto y miedo entre los indígenas.
Inicialmente fueron los españoles quienes en los festejos de las batallas ganadas celebraban cocinando cerdos, posteriormente la crianza de los mismos fue garantía de supervivencia entre colonos y soldados.
Fue años más tarde cuando la crianza de los cerdos y otras especies permitió que la ganadería se convirtiera en un importante pilar económico entre la población conquistada, dando paso a la asimilación y aceptación de la especie.
La historia plasma que fue en la caída de la gran Tenochtitlán cuando españoles probaron el cerdo con tortilla debido a la ausencia de pan y así el cerdo ibérico pasó a ser parte de la herencia gastronómica legada a México.
Hoy día cientos de platillos en diversas entidades del país, utilizan la carne de cerdo para dar sabor a sus comidas en lo que historiadores describen como un legado de la colonización.
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