Apetatitlán, Tlax.— El encendido del árbol navideño organizado por el alcalde Azain Ávalos Marbán se convirtió en una noche de caos y frustración. Lo que debía ser un evento familiar terminó empañado por el robo de varios vehículos en las inmediaciones del acto, mientras policías municipales —según múltiples testimonios— permanecieron sentados, inmóviles y totalmente indiferentes.

La incapacidad del gobierno municipal para garantizar seguridad quedó expuesta de manera contundente, pues los robos ocurrieron a escasos metros del evento oficial y bajo la supuesta vigilancia de elementos que nunca reaccionaron.

“El presidente presume su fiesta y ni eso puede cuidar. Si no puede con lo básico, que renuncie”, denunció Esteban R., comerciante del centro.

En el mismo tono, Maribel T., vecina de San Matías, señaló:
“Esto ya no es ineptitud, es abandono total. Los policías estaban tan cómodos que daba coraje verlos. Parecían parte del problema, no de la solución.”

Indignación generalizada y ausencia de autoridad

De acuerdo con asistentes, tras los robos no hubo respuesta inmediata, ni apoyo a los afectados. La ausencia de acción por parte del Ayuntamiento fue interpretada como otra señal del vacío de liderazgo del alcalde Ávalos Marbán.

“Mientras el alcalde tomaba fotos del árbol, a nosotros nos estaban despojando de nuestro patrimonio. ¿Ese es su gobierno? Entonces que dé un paso al costado”, reclamó un joven afectado.

Incluso madres de familia que acudieron con hijos coincidieron en que la autoridad quedó rebasada:
“Apetatitlán merece un presidente que dé la cara, no alguien que se esconda detrás de un árbol mal encendido.”

La exigencia ciudadana es clara

Habitantes del municipio exigen que el alcalde asuma responsabilidad y tome decisiones firmes para frenar la ola de inseguridad. De lo contrario, señalan, debe renunciar para permitir que alguien con capacidad recupere el control.

En una noche que buscaba inaugurar la temporada navideña, lo único que brilló fue la indignación ciudadana. El evento, la seguridad y el liderazgo… ninguno estuvo a la altura.