Ayer domingo compartimos el pan y la sal con nuestra militancia y con los rostros visibles de quienes seguramente serán nuestras cartas para el 2027. Fue un encuentro de reflexión, pero también de compromiso: renovar energías rumbo al 2026, la antesala de lo que viene.

Tlaxcala cierra un año político marcado por señales claras de hartazgo social, pero también por una oportunidad histórica para corregir el rumbo. La percepción de inseguridad, la falta de resultados y el desgaste del oficialismo han abierto un espacio que no se llena con discursos, sino con trabajo real. En ese escenario, Acción Nacional decidió no esperar los tiempos electorales: salió a la calle, volvió a los municipios y reconstruyó su vínculo con la gente.

En el PAN Tlaxcala cerramos 2025 con trabajo a ras de tierra. No como consigna, sino como método. Presencia permanente en comunidades, escucha directa, recorridos municipales y una agenda que no se dicta desde el escritorio. Ahí se forjaron nuevos liderazgos y se fortalecieron otros, con una premisa clara: llegar al 2027 con perfiles preparados, competitivos y con arraigo social para disputar ayuntamientos, diputaciones locales y federales, presidencias de comunidad y, por supuesto, la gubernatura.

Los datos confirman lo que se percibe en las calles. Estudios recientes de opinión pública colocan al PAN como la segunda fuerza política en Tlaxcala y, con claridad, como la oposición más sólida y con mayor viabilidad de crecimiento. Con preferencias que oscilan entre el 13.5 y el 16 por ciento, Acción Nacional supera a otras fuerzas opositoras y se posiciona como la alternativa real frente a un gobierno que no ha sabido responder a las preocupaciones más urgentes de la ciudadanía.

No es un fenómeno aislado. La inseguridad se ha convertido en el principal problema de percepción. La corrupción sigue lastimando la confianza pública. Y frente a ese escenario, Morena ha quedado a deber. La gente lo sabe y lo expresa: quiere resultados, no pretextos. Quiere gobiernos que resuelvan, no que administren la crisis.

Acción Nacional entendió ese mensaje. Por eso decidimos abrirnos aún más a la ciudadanía. La reciente reforma estatutaria aprobada a nivel nacional marca un antes y un después: candidaturas abiertas a ciudadanos sin militancia previa, métodos democráticos de selección, piso parejo, transparencia financiera y una definición tajante que marca diferencia: en el PAN no hay espacio para personas vinculadas con el crimen organizado. Aspirante con indicios criminales, aspirante fuera.

Esta definición no es retórica. Es una postura ética y política que responde a una exigencia social profunda: limpiar la política y recuperar la confianza. Tlaxcala necesita instituciones fuertes y liderazgos con integridad, no improvisaciones ni acuerdos en lo oscurito.

Al interior del partido, el PAN muestra vitalidad. Los estudios reflejan una competencia interna real, con liderazgos consolidados y reconocimiento ciudadano. La fuerza del panismo no está en una sola persona, sino en un proyecto colectivo que suma experiencia, juventud y compromiso social. La renovación de Acción Juvenil y el surgimiento de una generación política con convicciones, formación y presencia territorial confirman que el PAN no solo piensa en 2027, sino en el largo plazo.

Hoy, Acción Nacional capitaliza las preferencias ciudadanas no por inercia, sino por trabajo. No por discurso, sino por cercanía. No por ocurrencias, sino por propuestas. El PAN se levanta como la fuerza del cambio que Tlaxcala necesita, con los pies en la tierra, la mirada puesta en la gente y la convicción de que gobernar es servir.

Rumbo al 2027, el mensaje es claro: Acción Nacional está en las calles, con la ciudadanía, construyendo una alternativa seria, honesta y capaz de devolverle a Tlaxcala la paz, la seguridad y el futuro que merece.

Ángelo Gutiérrez Hernández.
Presidente del Comité Directivo Estatal del PAN en Tlaxcala.