(Alexis P. González) La comunidad deportiva amateur de Tlaxcala se encuentra consternada tras la brutal agresión sufrida por el árbitro Fernando Pérez durante un partido de la Liga de Futbol 7 de Tlatempan, en el municipio de Apetatitlán.

Los hechos, ocurridos la mañana de este domingo en la Unidad Deportiva local, ponen de manifiesto la alarmante escalada de violencia en las canchas.

El violento episodio se desató cuando el silbante marcó una falta que, según su criterio, ameritaba una tarjeta roja. En respuesta, jugadores del equipo Lobos lo atacaron salvajemente. Testigos presenciales relataron cómo el árbitro recibió una patada por parte de uno de los inconformes, lo que lo dejó inconsciente.

Sin piedad, al menos otro integrante del equipo continuó golpeándolo, provocándole lesiones de consideración. Los agresores han sido identificados como Rafael N. y Carlos N.

La escena, que incluyó la presencia de familias y niños, generó conmoción e indignación entre los asistentes. La facilidad con la que la violencia se desató en un evento deportivo, supuestamente recreativo, ha reavivado el debate sobre la falta de control y seguridad en este tipo de ligas.

Fernando Pérez ha anunciado que interpondrá una denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia del Estado por las lesiones sufridas.

Hasta el momento, la liga no ha emitido ningún comunicado oficial ni ha anunciado sanciones contra el equipo responsable.

Este lamentable suceso se suma a una creciente lista de incidentes violentos que empañan el futbol amateur en Tlaxcala, donde la intolerancia, el uso de armas de fuego, la incontrolable venta de alcohol y la impunidad parecen ganar terreno.

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