Fracaso rotundo
Desde el ángulo que se le quiera ver, la consulta popular de revocación de mandato resultó un fracaso rotundo, donde todos perdieron.
Perdió su principal promotor, el presidente de la República, por la baja participación que logró, de apenas el 18 por ciento del padrón electoral.
Perdió la 4T, pues a pesar de que se trato de una elección de estado, no pudo movilizar a las urnas, al grueso de los simpatizantes de AMLO.
Perdió la gobernadora Lorena Cuéllar, pues no pudo refrendar el segundo lugar, como el estado que más votos le venía dando a López Obrador.
Tlaxcala quedó en quinto lugar nacional en participación ciudadana, con 241 mil 933 electores, lo que representa el 24.90 por ciento.
Perdió el INE, pues quedó debilitado, al no poder contener las violaciones a la ley, de parte del gobierno federal, así como de legisladores y dirigentes de Morena.
Perdió la democracia mexicana, pues ni en las épocas del PRI más viejo y autoritario, se le violento tanto, de manera descarada e impune por la clase gobernante.
La baja participación no sorprende a nadie, pues se trató de una consulta popular inútil, que no provocó el interés de los mexicanos..
Lo que sí se vio, fue a servidores públicos de la federación, de los estados y municipios, muy movidos tratando de acarrear a los votantes.
La imagen más chusca que retrata al México antidemocrático, fue la de Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, trasladando a gente a las casillas.
Después, por la noche, los gobernadores morenistas, incluida la de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, emitieron un comunicado festejando el triunfo de López Obrador.
De paso, los mandatarios guindas cuestionaron al INE; a quien culparon por realizar la consulta previo a la semana santa y no instalar mayor número de casillas, como en una elección constitucional.
A alguien tenían que responsabilizar, por el fracaso rotundo de la consulta de revocación de mandato, a pesar que AMLO festejó diciendo que obtuvo más votos que Ricardo Anaya en 2018.
¿De eso se trataba la consulta, de volver a ganarle a Anaya?
La realidad demostró otra cosa, que López Obrador está perdiendo el arrastre que lo llevó a la Presidencia de la República en 2018, cuando sin acarreados ganó con el 70 por ciento del electorado.
El abstencionismo también cuenta, ¿Habrá que ver el mensaje que en entrelíneas dieron ayer los ausentes a las urnas?
Mal haría el presidente de la República y los liderazgos de Morena, en arremeter contra los que No participaron, llamándoles conservadores y manipulados por los medios de comunicación.
victortamayo5@hotmail.com
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