Como en toda gran celebración, no faltó el pelo en la sopa en el Cuarto Informe de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros. 

Si bien los inconvenientes no echaron a perder el festejo, sí provocaron que se desviara la atención de la importancia de este. 

La mandataria tlaxcalteca llegó a su cuarto año de gestión con el cumplimiento del 94% de sus compromisos de campaña. 

En la rendición de cuentas al pueblo de Tlaxcala, aseguró que ha cumplido con 283 de las 300 metas que se fijó en el sexenio. 

Es decir, Lorena Cuéllar tuvo mucho que cacarear en diferentes rubros, pero cometió el error de no cuidar los detalles. 

La gobernadora se empeñó en realizar el informe en la nueva Ciudad de la Cultura y el Entretenimiento, la cual se encuentra inconclusa. 

Como consecuencia, hubo caos para llegar y salir del imponente recinto, el cual se agravó por una mala logística vial. 

El informe fue largo y repetitivo, por lo cual la mandataria tuvo que acortarlo, pues la gente se empezó a ir a la mitad del discurso. 

De nueva cuenta, los liderazgos nacionales de la 4T brillaron por su ausencia, salvo el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta. 

Lo que significa que la mandataria solo fue arropada por los poderes del estado y los exgobernadores Beatriz Paredes, José Antonio Álvarez Lima y Héctor Ortiz. 

La presencia de Óscar Flores, el secretario de Finanzas del Estado de México, fue la única expresión de apertura política de la jefa del ejecutivo estatal. 

Aunque ese hecho no les gustó mucho a los delfines de la gobernadora, el alcalde de la capital y la secretaria de Turismo, pues les robó cámara y varias selfis. 

De todas formas, la ganona fue Josefina Rodríguez Zamora, al acudir con la representación de la presidenta Claudia Sheinbaum. 

Al final, quienes esperaban señales políticas en el informe de la gobernadora, se quedaron con las manos vacías, pues las cartas de Lorena Cuéllar ya están echadas desde hace meses. 

Victortamayo5@hotmail.com