Siguen los yerros en el gabinete lorenista

Siguen los yerros en el gabinete lorenista
La gobernadora Lorena Cuéllar acaba de cometer otra pifia monumental, con la salida de la titular de la Coordinación de Radio Cine y Televisión (Coracyt).
Elia Sánchez González era la única carta que tenía la mandataria monerista, para sacar al gobierno de Tlaxcala de la crisis mediática en que se encuentra desde hace dos años.
Sus cartas credenciales la avalaban: 
Directora de Relaciones Públicas en el gobierno de Beatriz Paredes, fundadora directora de Radio Universidad y titular de Coracyt, en el gobierno de Héctor Ortiz Ortiz, entre otros cargos.
Elia Sánchez es una profesional de la comunicación social y de los medios públicos que, a decir verdad, no fue aprovechada por el gobierno lorenista.
Por el contrario, durante su gestión en Coracyt, siempre estuvo atada de manos, le impusieron al personal y la bloquearon desde la oficina de Prensa de Gobierno.
Sánchez González aguantó vara, por su formación institucional, pero la gota que derramó el vaso fue la privatización de Radio Altiplano, de la cual es obvio que no estuvo de acuerdo, ni fue parte.
Está claro, que la grillas en el gabinete pesan más para la gobernadora Lorena Cuéllar, quien ha preferido la lambisconería por encima de los resultados.
El otro problema que tienen los funcionarios de primer nivel, además del fuego amigo, es que no los dejaron armar sus equipos de trabajo. Todos les fueron impuestos y no los obedecen.
Encima de ello, como el caso de Elia Sánchez y del secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, les quitaron margen de operación en asuntos importantes.
Al titular de la Segob, quien es el siguiente en salir del gabinete, lo dejaron al margen de la operación política con el Congreso del Estado.
Lorena Cuéllar entregó esa responsabilidad al secretario del Medio Ambiente, Luis Ramírez Hernández, a quien le dio chequera abierta para negociar sus iniciativas con los diputados.
Así, con las arcas abiertas, cualquiera puede convertirse en un eficaz operador político, y llevarse las palmas de la gobernadora.
Con un Sergio González disminuido, ahora el funcionario deudor alimentario está sonado fuerte para asumir el relevo en la Secretaría de Gobierno.
Pero como es de Morelos y no tiene la residencia mínima, el gobierno de Tlaxcala pretende que el Congreso Local reforme la ley y así eliminar ese candado.
La gobernadora Lorena Cuéllar cometería otro error garrafal con altos costos políticos y mediáticos, pues esa posición jamás la han ocupado fuereños.
Qué seguiría después. ¿Entregarle la gubernatura al Grupo Morelos?
victortamayo5@hotmail.com