Golpe de timón

Golpe de timón

 

Es evidente que el mandatario Marco Antonio Mena aprovechó la coyuntura política nacional, para dar un viraje a la conducción de su gobierno.

 

Y es que ayer, en su mensaje, el Jefe del Ejecutivo  fijó su postura en torno a las acciones que implementará para afrontar el nuevo mapa político del país.

 

De entrada anunció que se van a dejar atrás actitudes patrimonialistas, aspiraciones dinásticas o de apellidos o linajes como criterio.

 

Lo que en el escenario político fue interpretado como el fin de la continuidad y el corte del cordón umbilical con grupos de poder.

 

Después,  fue más allá al aseverar que no va a tolerar la falta de compromiso en el desempeño de la función pública.

 

“Tampoco, desgano ni falta de resultados.  No voy a permitir ni la indiferencia, ni la apatía, ni la deslealtad”.

 

Lo anterior sonó como  un jalón de orejas y el fin de los compromisos políticos que tenían maniatada a la administración estatal.

 

Enseguida, en lo que pareció un ultimátum a los funcionarios estatales, anunció la reorganización del gobierno, con base a resultados y lealtades.

 

Y dijo más: “No es válido, no es correcto, no es aceptable ni admisible que un funcionario sin dar resultados obre y se exprese mal del propio gobierno”.

 

“No se dan cuenta que se denigran a sí mismos.  Hay quienes no quieren estar en el gobierno ni con el gobierno, no los vamos a tener a fuerza”.

 

Es evidente que a estas alturas, el gobierno ya tiene un diagnóstico sobre quiénes son los que tiene la camiseta puesta y quiénes no.

 

De ahí que se augura que pronto empiecen a caer cabezas de aquellos que no estuvieron a la altura de la oportunidad que se les dio.

 

Finalmente, el mandatario dejó en claro su posición entorno al trabajo que sostendrá con el nuevo Presidente de la República.

 

“Se los digo claramente, no tengan ninguna duda respecto a que el Gobierno del Estado de Tlaxcala se insertará con éxito, con eficacia y respeto mutuo con el nuevo Gobierno Federal”, expuso.

 

Con base en lo anterior, queda más que claro que terminó la etapa de la continuidad y a partir de ahora inicia la era de Marco Mena en Tlaxcala.

 

Y es evidente que este manotazo llega en momentos en que los grupos de poder tradicionales se encuentran debilitados y se aprestaban a encontrar culpables de la debacle electoral de 1 de julio.


victortamayo5@hotmail.com