Como niño berrinchudo, el secretario de Educación, Homero Meneses Hernández, volvió a hacer de las suyas durante la Asamblea Informativa de la incorporación de becas “Rita Cetina”, realizada el sábado pasado en el salón “Joaquín Cisneros”. 
 
El funcionario dejó en claro que no soporta pasar inadvertido, menos frente a mil 500 padres de familia, a quienes —casualmente— ve más como potenciales votantes que como beneficiarios de un programa educativo. 
 
Resulta que al confirmarse que no asistiría el secretario federal de Educación, Mario Delgado, Homero adelantó el evento, por temor a que el alcalde capitalino Alfonso Sánchez García y el delegado federal de Bienestar, Carlos Luna, terminaran opacándolo. 
 
Saltándose cualquier regla de cortesía, no solo con sus “adversarios políticos”, sino también con la gente citada a otra hora y que aún llegaba al recinto, concluyó la asamblea de manera apresurada. 
 
Lo que evidenció que lo suyo era brillar, aunque fuera a costa de la formalidad. Y es que, a todas luces, el secretario estatal quiere sumar reflectores a sus aspiraciones de convertirse en candidato a la gubernatura. Pero el resultado fue el contrario. 
 
Quienes lo conocen, saben que el funcionario suele trabajar con el hígado y que hace berrinche cada vez que la gobernadora prefiere poner al frente al alcalde Alfonso Sánchez García. 
 
Queda claro que lo que le dolió, fue que en esta asamblea sería precisamente el edil capitalino quien representaría a la gobernadora y no él, en su calidad de secretario de Educación.  
 
Al final, las mañas no le traerán beneficios; al contrario, Homero Meneses se exhibe como un caníbal político que, cueste lo que cueste, busca posicionarse a como dé lugar. 
 
Pero el pueblo bueno y sabio todo lo observa y, tarde o temprano, también le pasará la factura. Al tiempo. 

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