Gabriela Tapia  y Abraham Picazo, los “dueños” del IMSS Puebla 

Gabriela Tapia  y Abraham Picazo, los “dueños” del IMSS Puebla 

Venta de plazas, acoso sexual y laboral, nepotismo y movimientos ilegales de personal son algunas de las acusaciones contra Gabriela Tapia Rodríguez, encargada del departamento de Prestaciones Económicas y Sociales del IMSS; su marido Abraham Picazo y Arturo Hernández Pérez, titular de la jefatura de Servicios de Salud en el trabajo, sin que el director nacional del instituto, Zoé Robledo ni su delegada, María Aurora Treviño, hayan investigado algunas de las demandas, denuncias y demás elementos legales contra dicha tercia de… 

Y eso que Gabriela Tapia Rodríguez y su esposo, el “primer damo” de la oficina de Prestaciones Sociales de la delegación del IMSS Puebla, Abraham Picazo, acumulan infinidad de acusaciones, querellas, inconformidades realizadas por una cantidad interminable de trabajadores de la dependencia, sin que Arturo Hernández Pérez (Pilatos) y la delegada María Aurora Treviño se den por enterados. 

Cerca de doscientos documentos y fotos hechas llegar a https://desdepuebla.com/ demuestran que varias dependencias federales y estatales tienen conocimiento de las acusaciones contra la encargada del departamento de Prestaciones Económicas y Sociales del IMSS y su “primer damo”, que no trabaja en el instituto, pero que de manera irregular come y se la pasa ahí, en la oficina de la 24 oriente entre la 2 y 4 norte…sin que nadie le diga nada, a pesar de que sobre él pesan señalamientos de acoso sexual. 

En los días siguientes se publicarán los papeles con los señalamientos hacia Gabriela Tapia, su “primer damo” y Arturo Hernández Pérez. Por ejemplo, el pasado 12 de diciembre del 2020, una trabajadora del IMSS interpuso ante la Fiscalía General del Estado (FGE) un texto para responsabilizar a ambos personajes “de mi integridad física, emocional, daño físico, sexual, psicológico, amenazas, privación de libertad y lo que resulte”. 

IMSS NACIONAL: ENTERADO DEL ASUNTO DESDE SEPTIEMBRE, PERO 

Entre septiembre y octubre pasado se recrudecieron las denuncias contra Gabriela Tapia y su marido e, incluso, varios trabajadores de la dependencia enviaron un escrito a Zoé Robledo con la narración de las irregularidades. Entre los empleados que signaron el documento están María Azucena Vázquez, Inelva Hernández, María Leticia Tlatoa, Beatriz Adriana de la Cruz, Marisol Galicia, Alejandro Martínez y muchos más, quienes denunciaron “acoso y hostigamiento laboral al interior del departamento de Prestaciones Sociales a cargo de la jefatura de Salud en el Trabajo”. 

Los trabajadores se quejaron, entre otras cosas, de que Arturo Hernández Pérez, Gabriela Tapia y el “primer damo” del instituto en Puebla realizó movimientos de personal no permitidos en el contrato colectivo de trabajo, incluyendo el poner a personal sindicalizado a realizar funciones que corresponden a gente de confianza.  

El 4 de octubre, la coordinadora de Bienestar Social del IMSS nacional, Olga Georgina Martínez Montañez, le mandó un oficio a Hernández Pérez para corregirle la plana y recordarle que “el personal que tenga un puesto calificado como de confianza b, no debe ser comisionado a unidades diferentes a su adscripción”. 

“En caso de que exista personal designado como titular de un puesto de confianza b, que se encuentre comisionado en unidad de servicio diversa, deberá ser reincorporado de manera inmediata a su adscripción de origen”. 

“HUEVONAS, CHISMOSAS Y CONFLICTIVAS”  

Pero Hernández Pérez y Gabriela Tapia se pasaron el documento del IMSS federal por el arco del triunfo, literalmente. Porque se mantienen sin modificar las rotaciones de plazas decididas de manera unilateral por la encargada del departamento de Prestaciones y su marido, quienes son defendidos por el titular de la jefatura de Servicios de Salud. 

Otro asunto delicado que Zoé Robledo y Aurora Treviño deberían investigar y solucionar es el presunto nepotismo de Gabriela Tapia, quien se habría aprovechado del cargo para poner a su familiar, Adriana Pérez Rodríguez, a cargo del Velatorio IMSS, donde –dicen fuentes confiables- se pueden obtener jugosas ganancias con la venta de pan, café, flores y demás liturgia religiosa.  

Inclusive, cuando las afectadas se quejan personalmente ante Hernández Pérez, él les responde que son “huevonas, chismosas, conflictivas” y las amenaza con quitarles la plaza de confianza y regresarles su base si continúan inconformándose. Respecto a la delegada María Aurora Treviño…ni siquiera contesta los oficios de SUS empleados y solamente contesta que se resignen, que ella tuvo que mudarse a Puebla, pese a que es de Monterrey. 

La actuación de Hernández Pérez y Tapia Rodríguez ha provocado quejas oficiales no únicamente ante el órgano interno de control del IMSS nacional, sino también en la secretaría de la Función Pública (SFP) y la junta Local de Conciliación de Arbitraje, a la que han recurrido al menos 3 trabajadores con demandas laborales que la delegación tendrá que contestar y que le pueden generar un desembolso, no solo por los ilegales cambios de adscripción, sino también porque a muchos de los afectados les deben viáticos (a los que tienen derecho legal) desde el año pasado.