¡Que vengan los bomberos!

¡Que vengan los bomberos!

A Miguel Ángel Caballero Yonca, todavía alcalde de Ixtenco en Tlaxcala, nada más le faltó llamar a los bomberos.

Lo decimos a cuento del tremendo zafarrancho organizado frente a la presidencia municipal el 15 de marzo, donde dicho sea de paso, el señor salió escoltado por policía municipal. 

Lo grave del asunto, además de los múltiples lesionados, es la sinrazón del inexperto alcalde, quien apoyado por su flamante director de seguridad envió hasta invitación al escándalo que dejó mal parado al último reducto indígena otomí en la entidad. 

Mire usted dijo César, a través de un oficio a sus homólogos “El próximo 8 de marzo del año en curso restableceremos el orden en Ixtenco, le pido por favor que nos apoye con personal de seguridad pública en la presidencia municipal la cita es en el pozo de agua #1 a partir de las 10:00 horas”. 

Respetuosamente, la ignorancia del titular de seguridad pública del municipio de Ixtenco. 

Eso sí, la invitación fundamentada en los artículos 115 y 21 de nuestra Constitución, la cual dice claramente en su artículo 115, Fracción V, inciso VII que:

“La policía preventiva estará al mando del presidente municipal en los términos de la Ley de Seguridad Pública del Estado. Aquella acatará órdenes que el Gobernador del Estado le transmita en aquellos casos que este juzgue como de fuerza mayor o alteración grave del orden público”.

Es decir que, Caballero Yonca debió pedir ayuda para restablecer el orden antes de alborotar a ediles de municipios como Rafael Lara Grajales, San José Chiapa, Panotla, Terrenate, Cuapiaxtla, Contla, Lázaro Cárdenas y San José Teacalco. 

Ya en el alboroto que terminó ocurriendo el día 15 de este mes, nadie se pensó que en Ixtenco “El Tigre” popular le armaría una batalla campal a su rechazado edil y mucho menos que de la turba resultaran dañadas 12 patrullas. 

Ahogado el niño, a tapar el pozo. Las autoridades afectadas por ser candil de la calle oscuridad de su casa, afectaron directamente el patrimonio de sus gobernados. 

Personas lesionadas, pérdidas millonarias, un alcalde incapaz de responder una entrevista a los medios ¿No tiene nada que decir?

El pueblo puede tener sus razones, sea por usos y costumbres, rechazo popular, falta de educación o rencillas políticas, quizá en Ixtenco como en todo Tlaxcala ya vaya siendo tiempo que se demuestre quién carajo gobierna.

Lamentamos decirles que solo un Congreso puede destituir a las autoridades electas y de nuestro Congreso acéfalo usted ya sabe que esperar.

A colación:

¿Qué tal nuestro ciudadano Premium?

No le diré quién es, pero se sabe que lo intentaron asaltar allá por el sur del estado, con bala y todo.

La indignación fue tal que la PGJE actuó rapidito, nuestros congresistas más, hasta pidieron que un tal Hervé compareciera por los altísimos índices de inseguridad.

Se armaron protestas, auténticas todas.

Un asaltante chocó, total cobertura mediática y uno se pregunta ¿Nomás por ser diputado?

Ya lo decía el Padrino

Si algo es cierto en esta vida

Si algo nos enseña la historia

Es que a cualquiera se puede matar.

Hasta la próxima…

@nayecuca89

nayelir31@hotmail.com