Botón de muestra

Botón de muestra

Pleno del Congreso, la diputada Carmen Medel se desploma, rompe en llanto ¡Mi hija!, grita interrumpiendo la sesión, alguien le avisó que había sido asesinada. Nueve balazos, fue un error.

Tlaxcala, dos familias lloran los homicidios de sus hijos, Fernando y Miguel Ángel, a uno lo asesinaron en un asalto, del otro no se tiene certeza.

Puebla, director de un medio publica en redes sociales ‘Me acaban de asaltar en la vía Atlixcayotl… colombianos en moto, me quitaron el reloj a punta de pistola’.

Responde la Procuraduría, los secretarios de seguridad y hasta el director de inteligencia.

¿Cuál es la diferencia en cualquiera de los casos?, ¿En qué radica se abra oportunamente o no una línea de investigación?

Durante mis años en prensa que no son tantos ni tan pocos, he concebido a la labor de informar como un tema inherente de servicio a las personas.

Los tres casos señalados tienen una particularidad, son el espejo del clima de violencia al que nos enfrentamos todos a diario. Una violencia que no es exclusiva de condición económica, profesión, grado de estudios, estatus social, perfil político, partido predilecto.

Ninguno de los tres casos tiene justificación, sin embargo, los desenlaces fueron distintos y cimbraron de forma diferente la percepción social por el contexto de cada uno de los actores.

El mensaje, aunque equivocado, indica que, si soy reportero, figura pública o periodista, empresario o político mi voz es más alta y vale más que la de un ciudadano de a pie.

Me dice que si pertenezco a la esfera pública tendré más probabilidad de justicia, los medios me harán eco y podré lacerarme cómodamente por un suceso que -afortunadamente- no fue mayor.

En cambio, si mi voz es ciudadana, formaré parte de la lista de espera que busca audiencias con procuradores, fiscales, jueces, magistrados o el simple ministerio público sin éxito inmediato.

La respuesta ante estas eventualidades debería ser igual para todas las partes y todas ellas resultar más empáticas con el conflicto del otro.

¿Por qué me debe de importar que asalten a un periodista?, Porque el siguiente podría ser yo.

¿Por qué como periodista me debo preocupar por dar voz a un ciudadano?, Porque el círculo de la violencia no distingue profesiones.

¿Por qué como prensa me debe importar que se esclarezca un hecho?, Porque me debo a una sociedad y mi deber es cuestionar instituciones.

¿Por qué debo legislar por la paz y la seguridad?, Porque mañana podría ser yo quien exija justicia.

Los tiempos que vive México son tiempos de cambio y este, no está exento de situaciones de violencia.

Sirva este botón de muestra para dejar de sentirnos intocables o demasiado importantes, para solidarizarnos ante la adversidad y cumplir cada cual con lo que nos corresponde. Desde el entendido que a nadie se le desea el mal.

 

Hasta la próxima…

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