Tlaxcala: el secreto fundador de México (y más allá)

Tlaxcala: el secreto fundador de México (y más allá)

¿Tlaxcala? Sí, existe. Y no solo eso… ¡es la que ayudó a fundar medio México!


Nuestros abuelos tlaxcaltecas no se quedaron de brazos cruzados. Fueron pieza clave en la Conquista, sí… pero también fundadores de ciudades enteras. Llevaron su lengua, sus costumbres y hasta su arquitectura por todo el continente. Y sí, todo con familia, maleta y hasta la abuelita con su molcajete.


Mira la sorprendente lista de ciudades que nacieron gracias a sus manos y su andar incansable:


En México:

San Esteban de la Nueva Tlaxcala (Saltillo, Coahuila)  13 de septiembre de 1591, con 71 familias tlaxcaltecas. 

San Miguel Mexquitic (San Luis Potosí) – 2 de noviembre de 1591, convivencia con los guachichiles. En Zacatecas: San Andrés del Teúl, Nombre de Dios, Súchil, Pinos, Tlaxcalilla, Tlaltenango y Juchipila. Casi un tour por todo el estado.

En Jalisco: Villa de San Luis de Colotlán de la Nueva Tlaxcala de Quiahuiztlán.

En Coahuila y Nuevo León: Parras, Monclova, San Buenaventura, Candela, Bustamante y Guadalupe. No era turismo, era mudanza organizada.

En Durango: Poanas, pacificando regiones rebeldes.


Fuera de México:

Texas y Nuevo México (EE. UU.)  desde 1582 con Antonio de Espejo y luego en misiones del río Grande y El Paso.

Guatemala y Honduras dejando huella cultural en Centroamérica.


Tlaxcala es chiquita… pero sus abuelos viajaban más que muchos influencers actuales. Multiplicaron pueblos, erigieron templos y tejieron comunidad a cientos y miles de kilómetros de su casa.


Lo mejor: Tlaxcala no presume tanto. No hay espectaculares ni slogans diciendo “De aquí salió media República”. Pero basta rascar un poquito la historia para entender que fue la semilla viajera de lo que hoy llamamos México.


Al final, lo que Tlaxcala hizo fue un auténtico éxodo fundador. Salieron con familia, santos y semillas, sembrando ciudades desde Zacatecas hasta Texas, pasando por San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León, Durango y hasta rincones de Centroamérica.


Aunque parezca “chiquito”, Tlaxcala se multiplicó como quien reparte maíz en el surco: con paciencia, con raíz y con futuro.


Así que la próxima vez que alguien dude de su existencia, dile con orgullo: no solo existimos, también ayudamos a fundar medio México… y con estilo (molcajete incluido, por si preguntan).


Hoy, mirar a Tlaxcala es mirar mis raíces con orgullo. Nuestros abuelos no solo fundaron ciudades y comunidades por todo México y más allá, sino que su legado sigue vivo. En la actualidad, paisanos tlaxcaltecas están creando nuevas comunidades, dejando huella y llevando nuestras costumbres a otros países, demostrando que la fuerza de esta tierra chiquita nunca se detiene. Tlaxcala no solo hizo historia; sigue escribiéndola cada día, con talento, trabajo y corazón.


Nancy Blancas 

Punto y Aparte 

 imperio893@gmail.com